Historia Viajera en Toledo – España
Los viajes son como la vida; en cualquier momento las cosas dan la vuelta y todo puede cambiar. Recorriendo España llegue a Toledo, una hermosa ciudad medieval muy turística en la región de Castilla de la Mancha, Si de allí viene la famosa novela de Don Quijote escrita por Cervantes.
Mi idea era llegar de sorpresa a la casa de mi prima que vive allá. pero al llamarla me dice; “Pablo eres un loco, yo estoy en Francia vacacionando“. ¿Por qué no me avisaste? finalmente hablamos y me dijo que llegaba en siete días.
Le respondí que buscaría un hotel y que la esperaría, que no se preocupara por mi. finalmente desde donde estaba no podía hacer nada por mi.
Dure todo el día buscando dónde hospedarme y no encontré, En Toledo estaban en festivales, fiestas y caravanas por todo lado y no había hoteles. no había hostales, todo estaba lleno y al pasar las horas y caer la noche empecé a preocuparme seriamente. Me imaginaba durmiendo en la calle con mi mochila y pensé lo peor.
Cansado de caminar, resignado y preocupado me senté en un parque a pensar cómo podía resolver esa situación. En ese momento escuche música colombiana a lo lejos. Eran unos artistas callejeros de mi país cantando canciones de Carlos Vives, sentí una alegría enorme al ver gente de mi país, fui a saludarlos, les invité una cerveza y les explique mi problema, nos hicimos amigos y ellos muy amablemente me invitaron a su hogar.
Me advirtieron que vivían en un albergue y que podía quedarme solo por un par de días ¡Yo no sabía qué era un albergue! Después entendí que es un lugar donde se quedan las personas que no tienen hogar y personas que están bajo asilo del gobierno español.
Sin tener a dónde más ir me fui con mis nuevos amigos. Lo primero que pensé es que era un sitio feo, pero deduje que sí había sobrevivido a Colombia también puedo sobrevivir a España.
Al llegar vi un hospedaje muy decente, muy limpio y personas de varias nacionalidades, no parecían indigentes ni nada por el estilo. había un patio muy bonito con muchas plantas y sillas, un restaurante bastante grande, baños comunitarios y muchos cuartos.
Al llegar me brindaron comida y café me dieron una llave de un casillero y me advirtieron que allí robaban y que no se hacían responsables por mis pertenencias. Pero que no tendría problemas si era colombiano pues los respetaban mucho en ese lugar. “en ese momento pensé que al menos la mala imagen de Colombia servía para algo” jajajajajaja
Conocí otros colombianos allí, gente con historias de vida muy difíciles que habían llegado a España en busca de una mejor calidad de vida. Algunos tenían permiso de trabajo y todos los días salían a recorrer las calles en busca de empleo. Ellos no tenían nada de dinero, comían dos veces al día en el albergue, pues era gratis, comida muy limpia y decente.
trabajaban en cualquier cosa, pero la pasaban muy mal, los días eran muy largos sin nada que hacer, uno de ellos me dijo “no es tan fácil encontrar un trabajo para gente como nosotros en esta sociedad española, acá no se puede pedir limosna ni trabajar en las calles, tenemos muy mala fama y por eso no nos dan trabajo” sentí algo de nostalgia por ellos y les pregunte ¿Por qué seguían allí? Me explicaron que en su condición de asilados debían esperar tres años para poder tener la nacionalidad española y que cuando lo lograran la vida sería mejor, que solo debían aguantar. Todos ellos tenían ese sueño.
En ese lugar había personas de muchas nacionalidades, me di cuenta de una problemática mundial terrible. La gente llega a este tipo de países pensando que la vida puede ser mejor, no podría confirmarles si así es, es muy relativo dependiendo el estilo de vida que tengas en tu país de origen, los casos que más impactan son los del continente africano, muchos de ellos se vienen desde países lejanos de África cruzando el desierto del Sahara para llegar a España, casi la mitad de ellos mueren en ese recorrido y otro alto porcentaje corre la misma suerte cruzando el Mar Mediterráneo en balsas artesanales.
En ese lugar, al convivir y ser uno más como ellos, pensé muchas cosas y que las cosas difíciles que he vivido no han sido nada en comparación a lo que padece la mayoría de la población mundial. no nos damos cuenta pero hacemos parte de un pequeño porcentaje de privilegiados.
Al caer la noche abren los cuartos del albergue, habitaciones grandes llenas de camas donde duermen todos, como buen colombiano estaba muy prevenido, pues lo que nadie sabía era que cargaba conmigo todo el dinero de mi viaje para recorrer Europa. ¡30 millones de pesos colombianos en billetes de 500 euros¡,
muchas veces viajo con dinero en efectivo debido a que el cambio de divisa es favorable y de esa forma me rinde más el dinero. Lo que hice fue meterme los fajos de billetes en mi ropa interior, “en las huevas como dicen en mi país” y acostarme a dormir.
Al lado de mi cama había una mujer de unos 24 años. Pelo negro, tez canela y un rostro muy bonito. Se notaba que venía de algún país árabe, tenía una mirada muy triste. Era inevitable ver sus brazos llenos de cicatrices. Le salude y trate de hablar con ella pero no hablaba muy bien el español así que no pudimos conversar.
Al día siguiente mis amigos me contaron que ella venía de Siria y que durante la guerra; tropas de grupos armados en ese país la habían torturado apagando cigarrillos en sus brazos y que lo más seguro es que también hubiese sido violada, ultrajada y quien sabe que cosas más habría tenido que soportar, Sentí un nudo en la garganta y un vacío en mi alma.
Después del desayuno todos se bañan y salen del albergue, mis amigos salieron con sus instrumentos musicales para ensayar y nos sentamos a orillas del Río Tajo. “un hermoso afluente que rodea la ciudad y que en tiempos del medioevo servía como barrera para defenderse de enemigos”
Tengo algunas aptitudes musicales y me sé una que otra canción en guitarra, entonces para mí el plan era más que perfecto, estaba muy feliz y compre cerveza para todos. Ellos hacían música pero no podían pedir dinero a los turistas.
La policía podía detenerlos, porqué no tenían un permiso que otorga el gobierno para poder cantar en la calle, era muy costoso para ellos, entonces teníamos que hacerlo sin que la policía se diera cuenta. Mientras unos cantábamos otros vigilaban a una cuadra de distancia, en caso de llegar un policía todos teníamos que correr hacia diferentes direcciones y era realmente divertido.
Estuvimos por todas las calles de Toledo haciendo música, me quedé en ese albergue siete días mientras llegaba mi prima e hice una gran amistad con ellos. Ha sido una de las mejores aventuras y viajes de mi vida.
Entendí la percepción de mucha gente de mi país que se va de Colombia buscando nuevas oportunidades, lo difícil que tienen que pasarlo y que en muchos casos no recomiendo hacerlo.
Agradezco enormemente a estos compatriotas por auxiliarme cuando más lo necesite.
Despedirnos fue emocionante; ellos pensaban que yo también estaba en España buscando nuevas oportunidades de vida y les hice creer eso, por precaución nunca les conté quién era ni lo que hacía. Les di un fuerte abrazo y les deje el dinero para que compraran el permiso y pudieran cantar en las calles de Toledo. Brotaron lágrimas de uno de ellos, Nos abrazamos y no los volví a ver. Espero poder saber de ellos algún día, ojalá abriendo grandes conciertos…
POSDATA.
Por respeto no mencioné sus nombres ni publiqué sus fotos, pues muchos de ellos no le cuentan a su familia o amigos como es su vida en España.